El distrito de Catacaos está situado en la costa norte del Perú, provincia de Piura, a tan solo 12 Km. De esta ciudad. Es famosa por su artesanía, gastronomía y chicha de jora. El pueblo, con más de 54.171 habitantes, es predominantemente agrícola y artesano, ya que está rodeado de uno de los valles más fértiles de la región Grau, cuya producción de algodón, de gran calidad por su textura y largas fibras, es sumamente cotizado tanto en el Perú como en el extranjero. Este pueblo forjó su futuro con chimeneas y pesados ferrocarriles, con algarrobo y finos sombreros de paja, con su filigrana de oro y plata.
La artesanía de este pueblo es maravillosa, reconocida nacional e internacionalmente, a tal grado que el Estado le ha concedido el título de Capital Artesanal con la ley 25132 en el año 1989. Sus artesanos cuentan con una habilidad sorprendente para confeccionar joyas de oro y plata en filigrana (hilos muy finos), los que artísticamente adornan collares y sortijas, y confeccionan todo tipo de objeto que sea solicitado. Destacan también sus tejidos de paja toquilla, famosa por su calidad, finura y delicadeza; por su artesanía en madera dura (hualtaco), que asombra por su belleza, perfección y diseño. Pero dentro de todas estas actividades artesanales encontramos una que es única en su estilo. Hablamos de las artesanías confeccionadas por don Mario Chuye Salcedo.
Don Mario Chuye Salcedo es un poblador de este distrito quien se dedica desde hace una década a realizar artesanías en base a recursos marinos tales como caracoles, conchas de abanico y de perla, piedra de mar y los conocidos “muy muy”. El se inicio en este arte por que vio que el material abundaba y como en su tierra la población se dedicaba a la artesanía decidió empezar con este trabajo el cual hoy en día es el único en su estilo dentro de este pequeño distrito de Piura. Así como él, los grandes maestros que hay en Catacaos son muchos y de los mejores. Sin embargo no todo es color de rosa.
Estas personas que tantas glorias le ha dado al humilde pueblo, muchas veces no tiene bien reconocido lo que hacen y sus productos son pagados a muy bajos precios, con lo que a duras penas les alcanza para comer। Por esta razón es necesario que las autoridades correspondientes reconozcan el maravilloso trabajo que muestro maestros realizan y ayudarlos para que sus productos alcancen el nivel que se merecen.
Soledad Ramos Quezada.
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