
La cerámica utilitaria y decorativa de Chulucanas se ha convertido en uno de los artículos más reconocidos del mundo, por la belleza de sus formas y finos acabados, pues los motivos que la representan en el producto final se refieren a cholos, chicheras y cantores, entre otros.En los años 60 Max Inga Adanaqué, Gerásimo Sosa Alache y José Luis Yamunaqué impulsaron la cerámica, gracias a la influencia de la hermana religiosa Gloria Joyce, quien los llevó a exponer su talento a los Estados Unidos. A partir de entonces, su quietud los hizo investigar más en la cerámica de los Vicús, aportándole su creatividad y propuestas modernas; constituyéndose en los antecesores de muchos jóvenes ceramistas.La utilización de técnicas que combinan los conocimientos ancestrales con los contemporáneos dan como resultado un producto utilitario y moderno; así por ejemplo las vasijas han pasado a ser un producto utilitario, pues se les ha aplicado un viciado interior para hacerlas impermeables a los líquidos.Cada pieza de cerámica es elaborada con varios diseños, utilizando técnicas de quemado y pintado dando énfasis en la calidad de la arcilla, principal insumo que imprime pureza y perfección al producto.Una de las debilidades apreciadas en el desarrollo de esta actividad es que sólo diez talleres se encargan de elaborar productos para la exportación, además de no exportar directamente sino por empresas que compran la cerámica a los artesanos. Pero a pesar de todo en los últimos años las exportaciones de cerámica han aumentado considerablemente logrando sobrepasar la barrera del millón de dólares en los últimos dos años, siendo EE.UU. el principal destino de exportación, seguido por Italia, España, etc. Lo cual hace pensar que este producto es muy atractivo para los extranjeros.
Mónica Jimenez Nuñez.
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